¿VOLVER A EMPEZAR?

Otra vez E.T.A. ha vuelto a sacudirnos, otra vez ha vuelto a hacer aquello de lo que presume: matar, asesinar vilmente a un joven guardia civil y dejar agonizante a otro. De nuevo, los Cuerpos de Seguridad del Estado reciben el mazazo del terror, de nuevo asistimos a otro funeral, contemplamos abatidos los rostros desencajados por el dolor de los familiares y amigos de las víctimas. Otra vez, se repite la historia.
De nuevo, el crimen, el terror, la miseria criminal, el asesinato cobarde... Otra vez.

Pero hay algo diferente. Esta vez la indignación contra un Gobierno débil con los terroristas es evidente, esta vez no podemos entregar nuestra confianza a un presidente que se ha mostrado hostil con las víctimas, las ha insultado e ignorado y ha mantenido una actitud condescediente con los asesinos, ha negociado con ellos y va a participar en lo que considera una manifestación de repulsa de la mano de los que se sentaron con los terroristas en Perpiñán, con los que reclaman su derecho de autodeterminación en estrecha colaboración con los etarras y con todos los que no han desautorizado esa infame negociación con los asesinos.

Necesitamos hechos evidentes de que este Gobierno que nos ha traicionado a todos no volverá a negociar con los etarras, perseguirá e ilegalizará a su brazo político, detendrá a los asesinos y hará que cumplan sus condenas. Necesitamos algo más que gestos ahora que el cádaver de Raúl Centeno está aún caliente y el cuerpo de Fernando Trapero se debate entre la vida y la muerte, porque ahora es más fácil hablar pero ¿qué ocurrirá cuando sus cuerpos se enfríen?

De momento, nada invita al optimismo. La máquina de intoxicar que funciona desde el Ministerio del Interior no se cansa de repetir que se trata de un atentado "fortuíto", sin querer. Los abucheos e insultos al presidente del Gobierno los realizan exaltados, no gente normal y corriente que tiene claro cuál debería ser la política a seguir en la lucha contra el terrorismo. Intoxican porque saben que no van a cerrar la puerta a la negociación, justifican porque saben que de la mano de E.T.A. pueden seguir en el poder y todo porque nunca tendrán que ver el cuerpo de uno de sus hijos en un ataúd cubierto por la bandera que más les guste porque haya sido asesinado por esos "chicos de paz".