PATÉTICO

La traición y la deslealtad de este mísero Gobierno está más que demostrada y fuera de toda duda razonable. Lo que hoy aparece publicado en el diario filo-terrorista Gara aclara muchas cosas. Nos dicen que las reuniones entre etarras y enviados gubernamentales fueron frecuentes desde antes incluso de que la banda terrorista anunciara su ya famoso alto el fuego permanente. Además, como saben con quién tratan, cuentan con actas de todo ello. Patético.

No hay mucho que añadir, eso sí, nos dirán que en el ansia por desgastar la labor del Gobierno somos capaces de creer antes a miembros de una banda asesina que a los componentes de un partido político legal y democrático, es decir a los del PSOE, aunque a algunos os cueste saber a quién me refiero con esas pistas. Por supuesto habrá que refrescarles la memoria y decirles que fue el propio Rubalcaba quien, en otro tiempo convertido en agitador de masas e incitador a la violencia callejera, nos dijo aquello tan famoso de que E.T.A. asesina, pero no miente. Además, es lógico nuestra desconfianza en este Gobierno traidor que con sus acciones ha hecho que creamos antes a una banda terrorista. Patético.

En este proceso de rendición no hay errores, no hay nada que rectificar, no hay cambios. Lamentablemente, este es uno de esos casos en los que el fin no justifica los medios, ni antes cuando el mismo partido en el Gobierno echaba mano de los crímenes de Estado para acabar con los terroristas ni ahora cuando recurre a la cesión. El precio es demasiado alto: la libertad de todos.

Finalmente, también resultó patética la manifa de los subvencionados y paniagüados celebrada el pasado sábado. Oir a personajes como Santiago Carrillo decir que la única manera de terminar con el terrorismo es recurrir al diálogo y la negociación con asesinos es, no sólo patético, sino cínico y miserable viniendo de quien viene. Probablemente, hace 70 años hubiera puesto en práctica otros métodos, como el darles un paseo por Paracuellos.