UNA DE PACTOS

Se nos presenta de nuevo la oportunidad y no podemos dejar pasar la ocasión de montarnos en el tren de la tolerancia, la democracia y el respeto. En un gesto de infinita generosidad, el Gobierno de España tiende la mano al PP para pactar con él asuntos que considera de Estado: inmigración, terrorismo y corrupción urbanística.
Por supuesto, si el principal y único partido de la oposición no pasa por el aro estará a favor de la avalancha masiva de emigrantes, de la sangría terrorista y del pelotazo inmobiliario.
No importa que los populares advirtieran de la caótica política en materia de emigración porque los negritos no leen el B.O.E., hay que ignorar la rendición que el Traidor brinda a los asesinos en bandeja y debemos olvidar que las continuas denuncias por corrupción salpican de lleno a cargos sociatas que no son capaces de explicar dónde han ido a parar millones de euros cobrados en concepto de comisiones ilegales.
De momento, parece que Rajoy y los suyos resisten la tentación y las presiones que desde medios periodísticos declaradamente hostiles hasta los que se llaman afines, pero lo disimulan muy bien, van llegando. No pactar con inútiles, traidores o corruptos no significa estar a favor del crimen y del delito, simplemente supone mantener la firmeza y los principios de los que carecen los que necesitan decálogos y códigos de buen gobierno para luego incumplirlos. Si los pactos que proponen se gestan y tienen la vigencia del ya fallecido de las Libertades y Contra el Terrorismo, ya sabemos cómo van a terminar y es que no se puede acordar nada con quien no sabe respetar y tiene el sectarismo, el rencor y la traición como ejes de su política.