SI BEBES, NO DES CHARLAS

Aún estoy tratando de digerir la nueva andanada que distintos profesionales de medios de comunicación afines al Gobierno han lanzado contra las investigaciones periodísticas sobre el 11-M. A la cabeza de todos ellos, destaca la figura del veterano Gabilondo que, una vez abandonada la idea de buscar a los suicidas que se inmolaron en los trenes, decidió apelar a que se considere delito opinar sobre investigaciones judiciales como la que nos ocupa.

En opinión de este señor se está elaborando una Teoría de la Conspiración (mira que me suena a mí esta frasecita) con base en los pequeños "desajustes" que presenta un sumario tan voluminoso como el de la masacre de Madrid. De momento, que yo sepa, lo de la famosa teoría conspirativa sólo ha salido de boca de gentuza gubernamental o de sus afines. Nadie desde el diario "El Mundo", la cadena COPE o Libertad Digital ha acusado al Traidor o a sus Ministros y subordinados de tramar conspiración alguna para acabar con la vida de 192 personas e influir con ello en los resultados electorales. Repito, nadie. Si lo hubieran hecho ¿por qué no les llueven las querellas por ello? ¿alguien piensa que si los "conspiranoicos" creyéramos esa posibilidad no habríamos actuado al respecto? Lo único que se ha hecho es poner de manifiesto las lagunas de la investigación y los agujeros negros que tiene un sumario sembrado de pruebas falsas. Es decir, denunciar lo que Gabilondo, haciendo gala de una desvergüenza notable y de un gran poder de manipulación, llama "desajustes".

Por supuesto que han demostrado que en el manejo del lenguaje son unos artistas y así podríamos seguir y hablar de paseos turísticos para referirnos a la llegada de inmigrantes ilegales, centros de recreo masivo para los albergues en los que se hacinan esos mismo inmigrantes, de custodia por el bien y la seguridad de la gente se detuvo ilegalmente a dos militantes del PP o de distracción de altos cargos de Interior cuando practicaban el terrorismo de Estado. De ese Estado al que entonces no defendía con tanto ímpetu el señor Gabilondo.

Por cierto, lo de atacar a la Conferencia Episcopal está ya muy visto... hay que ser más original y, sobre todo, no beber mucho antes de sacar la lengua a pasear o ¿serán cosas de la edad, que no perdona ni a las viejas glorias?