RAZONES PARA LA DUDA

Primero la paz, autorización parlamentaria para negociar, condena inequívoca de la violencia, verificación del alto el fuego, independencia en la actuación de la Fiscalía, cumplimiento del Pacto Antiterrorista, respeto a la Ley de Partidos,... España no se merece un Gobierno que mienta, pero lo tiene y sigue empeñado en traicionarnos.

Lo último de lo que tenemos noticia es de lo que se está negociando y de lo que se está dispuesto a ceder en las reuniones que mantienen en secreto desde hace tiempo con los etasunos. El derecho de autodeterminación ha pasado de no existir, de no estar legalmente recogido ni amparado a considerarse como posible, eso sí, identificado con otros nombres como co-soberanía o derecho de los vascos a decidir libremente su futuro (qué razón tenía doña Pilar, "llamaréis a las cosas por nombres que no tienen y haréis cosas que nos helarán la sangre"). "Libremente", ¡qué ironía! Me resulta muy difícil confiar en que sean asesinos los que garanticen esa libertad.

Además, en este proceso de rendición cuentan con la miserable actuación del Fiscal General del Gobierno, quien no puso reparos a que las togas se mancharan con el "polvo del camino". No sólo con ese polvo, Cándido, las togas de todos los que seáis cómplices en este proceso estarán manchadas con la sangre de las víctimas, con las lágrimas derramadas por todos gracias, entre otros, a vuestro admirado De Juana Chaos. Terrorista amnésico, sin arrepentir, que gozaba viendo la cara desencajada de los que sufrían un atentado y cuya actuación el pasado viernes en la Audiencia Nacional, debidamente calculada, no ha tardado en ser alabada por un Presidente traidor.

No puede haber ambición de poder tan desmedida dispuesta a hacer todas estas cosas, no sé qué razones mueven a un Gobierno para menospreciar a las víctimas y ensalzar a los asesinos, para resucitar a una banda terrorista extenuada y prácticamente vencida. De lo que sí estoy convencida es de que deberán responder por ello y pagarán por su traición.