DISPAROS AL AIRE, BARRICADAS Y PAZ

Todos sabemos a estas alturas que el proceso está en marcha, que ha avanzado ha golpe de amenaza etarra-batasuna, de claudicación gubernamental, de advertencia asesina, de hacer la vista gorda, de violencia callejera, de manifestaciones claramente ilegales y gracias a una justicia con distintas ganas y gustos a la hora de actuar para impedir que la chulería, el desplante y la imposición camparan a sus anchas.

Las palabras y las frases hechas del Traidor nos suenan a cantinela cursi y repetitiva, cuanto más se empeña en vendernos la paz más claros son los desafíos y las exigencias de la banda asesina, lo que ahora llaman la izquierda abertzale y nos la presentan como almas caritativas afanadas en buscar una solución al conflicto que nos permita a todos, como no, vivir en paz.

Entre las últimas y más graves actuaciones que ponen en evidencia la rendición gubernamental, destacan los disparos al aire del pasado fin de semana, las continuas concentraciones convocadas como un reto al Estado de Derecho y al Poder Judicial y los actos cada vez más frecuentes de terrorismo callejero. Hoy me ha sorprendido especialmente la celebración del día del soldado vasco, o algo así, que ha permitido el juez Pedraz advirtiendo de que le informaran en caso de que se produjeran actos terroristas, es decir, que se permite la exaltación y apología de una banda asesina siempre que no se atente contra nadie porque estamos en pleno proceso de rendición y no conviene que se nos enfaden los interlocutores por muy hijos de satanás que sean.

Eso sí, son tan detallistas que no olvidan adornar sus concentraciones y manifestaciones con barricadas, quemas de cajeros y autobuses, ataques a sedes de medios de comunicación y demás.

Mientras todo esto sucede, parece que hay mucha gente que despierta de su letargo y el efecto anestésico de la paz puede llegar a su fin. Espero que no tengamos que espabilar todos cuando los disparos no se dirijan al aire y tengan un objetivo concreto.