EL TIRANO ESTÁ ENFERMO

La vida es lo que tiene, empieza y se acaba. Nadie ha inventado aún el secreto de la inmortalidad y ahora el tirano que rige Cuba desde hace ya demasiado tiempo está gravemente enfermo. El opresor de la libertad, el asesino de miles de seres humanos, el millonario caribeño descediente de españoles ha tenido que delegar sus funciones y se enfrenta cara a cara con la muerte. ¿Será cierta la noticia? ¿No se tratará de una nueva maniobra del dictador para, sólo Dios lo sabe, conseguir algún extraño beneficio? En Miami los disidentes se alegran y festejan el acontecimiento, otros prefieren ser cautos y esperar y los afines a la dictadura, los que miran para otro lado ante la falta de libertad en Cuba, los que justifican la sangre derramada por el bien de la idealizada revolución, lamentan que el tirano esté enfermo y le desean una pronta recuperación.

No seré yo quien celebre la muerte de otro ser humano pero en este caso no la lamento, no siento en absoluto que repugnantes ejemplares de la raza humana dejen este mundo para pasar a mejor o peor vida. Sólo espero que la muerte del tirano dictador libere por fin a los cubanos de la opresión sufrida aunque al miserable desgobierno que padecemos le importe poco y prefiera que el enfermo mejore aunque sea en perjuicio de los ciudadanos de Cuba. ¡Qué asco, qué asco! De nuevo de la mano con terroristas y asesinos y presumiendo de demócratas, por supuesto.