LA GRAN ACTUACIÓN

Aparece por el Congreso de los Diputados Cándido Conde-Pumpido para explicarnos que el cambio de doctrina en el Tribunal Supremo para así evitar la prematura excarcelación de terroristas etarras puede traer dificultades. Aprovecha también la ocasión para atacar a los medios de comunicación que, irresponsablemente, ponen en conocimiento de la opinión pública el hecho de que sanguinarios etarras condenados a miles de años de prisión queden libres cuando sólo han cumplido una mínima parte de su condena. Finalmente, no deja pasar la ocasión de atacar al presidente del Consejo General del Poder Judicial, señor Hernando, por no ir a la sede parlamentaria para contestar a las preguntas que sus señorías querían hacerle sobre ese cambio de doctrina que aumenta, no mucho, los años que deben pasar entre rejas los asesinos de E.T.A.

O sea, que Cándido ha hecho pleno y, siguiendo las instrucciones del gobierno, se disculpa ante los terroristas y les asegura que les ha sido imposible someter a sus criterios a determinados jueces, que hay periodistas imposibles de domar pero que, a pesar de todas esas dificultades, sigan pensando en la posibilidad (por favor, por favor) de conceder una tregua, aunque sea pequeña. No lo dijo así pero se le entendió todo, porque ¿alguien cree que se hubiera pedido la comparecencia del presidente del Supremo y del propio Fiscal General ante el Congreso si el cambio de doctrina del alto tribunal beneficiara los intereses etarras? ¿Clamarían entonces muchos de esos diputados, Llamazares entre ellos, por esas explicaciones que se les han negado? Desgraciadamente, creo que no.

De todas formas ahí estaba Cándido cumpliendo a la perfección su papel, para que se note que el gobierno no sólo no detiene etarras desde hace varios meses ni condena los atentados sino que, además, no aprueba la actuación de determinados sectores que, aplicando la ley, dificulta este mal llamado "proceso de paz". ¡Mira que es malo este Cándido!