PERDÓN

Dice Pepiño Blanco que los dirigentes del PP, en lugar de lamentar la manipulación existente en T.V.E., deben pedir perdón por implicar a España en la famosa guerra de Iraq.
¡Toma ya! No habla el bachiller Pepiño de si el perdón debe extenderse también a la primera guerra del Golfo cuando soldaditos de reemplazo, mandados por el gobierno socialista de Felipe González, participaron en aquella operación militar animados por las curvas de Marta Sánchez y sus soldados del amor. Desconozco también si el perdón deberían pedirlo los autores y los cómplices silenciosos en los graves casos de corrupción a los que asistimos los españoles, también durante aquel mandato socialista, hace no mucho tiempo y que supusieron el saqueo de las arcas de la nación. Tampoco sé si el perdón lo merecen las víctimas de los G.A.L., banda terrorista organizada, alentada y financiada por ese mismo gobierno socialista.
Perdón, dice Pepiño, perdón por llevar a España donde nunca antes había estado, perdón por participar en las tareas de reconstrucción (no en la guerra) de un país que, a pesar de todo, vive ahora mejor que bajo la opresión tiránica de Sadam. Perdón, en definitiva, por existir. Y todavía hay gente que piensa que las imágenes de Rajoy y Acebes entre prisioneros iraquíes salvajemente maltratados emitidas por un informativo de T.V.E. fueron un fallo técnico. Perdón, Pepiño, yo no y tú, miserable personaje, también sabes que no se trató de un error.
¡Toma ya! No habla el bachiller Pepiño de si el perdón debe extenderse también a la primera guerra del Golfo cuando soldaditos de reemplazo, mandados por el gobierno socialista de Felipe González, participaron en aquella operación militar animados por las curvas de Marta Sánchez y sus soldados del amor. Desconozco también si el perdón deberían pedirlo los autores y los cómplices silenciosos en los graves casos de corrupción a los que asistimos los españoles, también durante aquel mandato socialista, hace no mucho tiempo y que supusieron el saqueo de las arcas de la nación. Tampoco sé si el perdón lo merecen las víctimas de los G.A.L., banda terrorista organizada, alentada y financiada por ese mismo gobierno socialista.
Perdón, dice Pepiño, perdón por llevar a España donde nunca antes había estado, perdón por participar en las tareas de reconstrucción (no en la guerra) de un país que, a pesar de todo, vive ahora mejor que bajo la opresión tiránica de Sadam. Perdón, en definitiva, por existir. Y todavía hay gente que piensa que las imágenes de Rajoy y Acebes entre prisioneros iraquíes salvajemente maltratados emitidas por un informativo de T.V.E. fueron un fallo técnico. Perdón, Pepiño, yo no y tú, miserable personaje, también sabes que no se trató de un error.
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