GRACIAS POR TODO

Escribo estas líneas para agradecer a D. Eduardo Fungairiño su dedicación a la justicia y a la lucha por la defensa de la libertad. Amenazado, injuriado, menospreciado, sólo ha servido al interés de lo que él creía justo.
El homenaje de las víctimas del terrorismo y de la gente que ha trabajado con él así lo demuestra y eso es realmente lo que importa. Es muy posible que si se hubiera plegado a las exigencias de sus superiores conservara aún su puesto, pero su integridad moral y profesional no se lo ha permitido.
Deja su cargo por la puerta grande, con el reconocimiento de la gente de bien y sabiendo que ha hecho siempre lo que debía, no lo que le mandaban. Otros son los miserables que le han querido callar y hacer pasar por el aro de la mentira y la claudicación ante el terrorismo mas no lo han conseguido. Allá ellos, en su pecado llevan la penitencia y nunca dejarán de arrastrarse porque no han hecho ni saben hacer otra cosa.
Humildemente, desde este rincón sólo me resta decir: gracias por todo, señor Fungairiño.