TYPEX CALDERA

El impresentable señor Caldera se ha atrevido a recomendar a los de la COPE que tomen valeriana para calmar los nervios. Por lo visto y oído él va servido, ¡qué tranquilidad más pasmosa para afirmar que sus declaraciones del año 94 y las actuales no se contradicen!
Recordemos que rectificar es de sabios y, como eso no está a su alcance por motivos más que evidentes, nos dice que su postura no ha cambiado y que la unidad del Archivo de la Guerra Civil queda intacta después del expolio perpretado hace unos días.
Yo creo que, cuando oyó su discurso de otros tiempos, lo primero que se le ocurrió fue, recordando viejas costumbres, comprar toneladas de typex para tachar su vergonzoso pasado. Lástima que tan delicado instrumento corrector no sea eficaz con las hemerotecas. Una verdadera lástima, Caldera. Ahora, en lugar de callar y avergonzarse (porque me parece improbable conseguir que se diculpe e imposible que dimita) agacha la cabeza y sigue embistiendo. Y es que, para algunos, hay cosas que nunca cambian y no se puede sacar dignidad ni decencia de donde no las hay.