RECORDANDO...

Con todo lo que estamos padeciendo quiero, a pesar de que serán muchas las fechorías que olvide, enumerar algunas de las muestras del talante de Rodríguez y de su panda.

Primero fue el ministro Alonso quien acusó a Aznar de ser el responsable político de los atentados del 11-M, atentados a los que el siniestro personaje les debe el cargo y sobre los que se cierne una opacidad informativa total (¿quién ha sido? Queremos saber, ¿os suena?). Este mismo individuo no perdió después la oportunidad de detener a dos militantes del PP que participaban en una manifestación a favor de las víctimas del terrorismo acusándoles, sin pruebas de agredir al ministro de defensa.

Hablando de la víctima mediática, sus acciones heroicas comenzaron simulando ser agredido y continuaron ocultando los hechos ocurridos con el "accidente" del helicóptero en Afganistán, vendiendo armas al régimen genocida del gorila Chávez y ninguneando a militares heridos en Iraq además de las múltiples y demagogas declaraciones con las que nos regala y ameniza la existencia.

Sigo con Moratinos quien no tardó en acusar a Aznar (¡qué obsesión!) de tramar un intento de golpe de estado en Venezuela y anda por el mundo arrastrándose como una lombriz para conseguir una entrevista con algún miembro de la administración estadounidense.

Continúo el repaso y llego a las ministras de cuota feministas y progres, quienes no dudaron en posar para la revista Vogue con modelitos al alcance de pocos bolsillos y presumiendo de porte (dando ejemplo, vamos). A Mari Tere le han encargado el trabajo sucio y le toca bailar con la más fea (cosa lógica como salta a la vista); la Trujillo que propone soluciones habitacionales ínfimas para los demás, no para ella misma, y malgasta el dinero de los contribuyentes en una agencia de alquileres que sólo ha apañado dos contratos; Espinosa, incapaz de sacar un solo acuerdo beneficioso para el sector agrario; la cultísima Carmen Calvo gracias a la que hemos vuelto a recordar a Pixie y Dixie y ha restablecido la justicia moral a costa del expolio del archivo de Salamanca; Elena Salgado y su habilidad para manejar crisis alimentarias y la Sansegundo que ha vomitado una ley de educación cuyo único mérito es que disgusta a todo el mundo (y ella tan orgullosa).

No puedo olvidarme de López Aguilar, el de los matrigays, porque todo vale con tal de ofender a los católicos (lo que hacen algunos por un beso de Zerolo).

Después aparece Caldera que saca pecho por protagonizar la mayor legalización de inmigrantes para que España sea conocida como el chollo de los ilegales indocumentados, además de ayudar a sus amigos de U.G.T. con unos cuantos millones para que salden sus deudas.

Hablando de deudas, llego a Montilla el moroso, la condonación en persona, el enemigo de la libertad de expresión y claro ejemplo de lo lejos que puede llegar una persona tan poco preparada y tan mezquina.

Creo que sólo me queda Solbes, quien merece también mi condena por ser cómplice de todos estos atropellos sin olvidar su lamentable papel en la O.P.A. de Endesa o en la operación de financiación encubierta del partido al que pertenece.

Al frente de esta galería de los horrores y, lógicamente, a la altura de las circunstancias nos encontramos con Rodríguez, el mentiroso, el miserable liberticida asociado con terroristas sin arrepentir que babea por una tregua etarra y no duda en liquidar España, la dignidad, la libertad y los derechos de los que no pensamos como él si con ellos consigue mantenerse en el poder (ni Maquiavelo tenía ideas tan retorcidas). Sectario, se autodefine como rojo y con eso se dice todo. Ante tanta ruindad me faltan calificativos para definir a tan repugnante personaje.

Lamento la extensión de este artículo pero, si alguien se anima a su lectura, comprenderá el motivo y es que me niego a olvidar las maldades de este desgobierno que padecemos y eso que no he tratado de ser meticulosa porque tengo que acostarme y descansar....