BONADAS

Aún no me he repuesto del susto y es que, hace unos días, he visto a Bono en la tele, teléfono en mano, hablando con la madre de un español condenado a muerte en Filipinas diciéndole que sus gestiones para que sean clementes con el reo han tenido éxito. "Jeñora -decía el minijtro- le llamo para comunicarle que ju hijo no jerá ejecutado".
Al más puro estilo peronista, chavista o castrista el minijtro agredido hacía propaganda de su gestión. ¡Válgame Dios! ¡Cómo le gusta a este hombre una cámara!
Si todas las actuacioes de esta víctima de la imagen fueran igual de transparentes... Porque, ahora que lo pienso, ¿por qué no dejan que nos cuenten lo que pasó con los militares que viajaban en el helicóptero que, de milagro, no se estrelló en Afganistán? ¿por qué familiares de esos militares hablan de que sufrieron un ataque? ¿por qué no se indemniza como víctimas en combate o como víctimas del terrorismo a los heridos en Irak? ¿por qué, a estos mismos, se les pregunta cuando se reúnen con el minijtro si ya habían acudido a la prensa para que conociéramos su situación? ¿es rentable y conveniente para España vender armas con tecnología estadounidense a Venezuela? ¿es esta última la razón de que nos nieguen el abastecimiento de repuestos?
Al minijtro se llena la boca hablando de la nación española y de su condición de patriota, aunque manda quitar el nombre de España de la montaña de un cuartel catalán y, a la mínima oportunidad, lo único que busca es que su imagen no se deteriore y seguir sumando puntos en las encuestas. ¡Qué patético personaje!