DOCTOR HORRORIS CAUSA

En España goza de gran éxito entre el progresío iletrado reescribir los hechos y ensalzar a las figuras más lamentables y repugnantes de la Historia, siempre que coincidan con su ideología.
Esto y la aceptación de mentiras gracias a la eficaz propaganda y manipulación de la que son maestros los sectarios de la izquierda, hacen que la gente dé por buenos mitos como la bondad de Allende, el pacifismo de Arafat o que Lenin parezca un defensor de las libertades.
Lo peor además es que ahora, desde organismos que se creen respetables, reconozcan y rindan honores a miserables asesinos como Santiago Carrillo, nombrado recientemente doctor horroris causa por la Universidad Autónoma de Madrid, cuyo rector es hermano de Iñaki Gabilondo. El motivo que se destaca es su papel en la Junta de Defensa durante la Guerra Civil española. O sea, que se le premia por ordenar, como han demostrado los archivos antes secretos de la extinta U.R.S.S. y múltiples testimonios, el asesinato de miles de personas en Paracuellos del Jarama, además de ser el responsable directo (incluso el autor, según algunas fuentes) de otros crímenes y torturas.
Pero la propaganda y la mentira repetida hacen que no recordemos o ignoremos estos acontecimientos y nos presentan al personaje como uno de los artífices de la transición y un defensor de los derechos humanos y la libertad cuando la verdad es bien distinta y, en su afán de poder, no dudó ni en traicionar a su propio padre.
Vaya desde aquí mi repulsa, mi oposición, mi indignación y el asco que este hecho y el personaje me producen. Es indigno, impresentable, miserable, cobarde y toda una provocación de mentes enfermas que no ven más allá de su odio. Realmente imperdonable.