CATALANES

Hay catalanes y catalanes, obviamente. Como en todos los sitios. Hay catalanes radicales nacionalistas, intolerantes, apesebrados en su inmensa mayoría, separatistas, de los que odian a los que no piensan como ellos y a los que no soportamos otros, precisamente, por todo lo que representan.
Hay catalanes trabajadores, emigrantes en muchos casos, que se levantan temprano para pasar casi todo el día fuera de su casa y que contribuyen con sus impuestos a mantener el tinglado nacionalista, aunque ellos no lo sean. Pero se trata de gente a la que no le preocupa la nación, ni en lo que su nombre se hace, gente que está influída por una ideología izquierdista y rancia que les dice que "el obrero debe votar socialismo que es la base de la libertad" y se lo creen, en consecuencia votan al PSC aunque se hundan sus casas, aunque intuyan que no es lo más conveniente o aunque ni siquiera lo sospechen cegados por ese socialismo idealizado que se han tragado como si de un cuento de hadas se tratara (¡cuánto envidio la habilidad propagandística de esta gente!).
Y hay catalanes, a algunos de los cuales tengo el honor de conocer, también trabajadores, no radicales, a los que admiro porque además, tienen el valor de sentirse españoles, que no comulgan con el intervencionismo nacional-socialista que los abruma y persigue por hablar o pensar distinto, por no votar a ningún compenente del tripartito, que no se creen los cuentos que desde siempre predica la izquierda, que creen en la nación española y a los que, encima, para descalificarlos, les llaman fachas. ¿Quién es el intolerante?
Desde aquí mi reconocimiento a los que como ellos, como los vascos a los que además asesinan, piensan que España somos todos y cabemos todos, sin exclusiones ni priviligios. A todos, gracias.

Firmado

Ana_Gr